El exitoso proceso de adaptación de Rendibú Destacado

Originario de Concepción, este café y smoothie bar ha sabido adecuar su oferta de productos y modelo de atención para crecer. Ya está en Santiago y comienza su expansión.

Adaptarse ha sido la clave del resurgimiento y la expansión de Rendibú, un negocio que nació en Concepción hace 10 años y que para tomar un impulso definitivo entendió que debía tener una propuesta más acorde con los gustos del consumidor, aunque sin dejar su idea inicial.

Ese concepto lo constituyeron principalmente los smoothies, batidos de fruta y yogurt natural que, pese a estar muy en boga en Estados Unidos en 2008, en Chile debieron sufrir más de un cambio para lograr ser aceptados.

Comenta Hans Lozano, uno de los socios de este emprendimiento, que la idea original de bebestibles beneficiosos para la salud era muy buena pero se adelantó en el tiempo. Algo parecido ocurrió cuando, viendo que su local competía con dos cafeterías de tradición en Concepción, decidieron dar un salto en calidad. “Buscando buen café descubrimos el café de especialidad, pero nos dimos cuenta que el chileno aún no tenía esa cultura”, recuerda el también socio Marcelo Monsalve.

Intentaron continuar con sus propuestas de productos, pero adaptadas a los gustos y cultura locales. El smoothie se hizo algo más liviano que el original y el café no fue necesariamente de especialidad, pero con un mínimo nivel de calidad. “Nos dimos cuenta que podíamos vender un buen café, pero en vasos de polipapel en lugar de tazas”, explica Monsalve.

El camino intermedio

Junto con la adaptación que requerían los productos, era imprescindible comunicar mejor la oferta. Decidieron salir a la calle a hacer degustaciones de sus smoothies, tras comprobar que a tres años de haber partido muchas personas aún no los conocían.

La opción más segura para mantenerse y pensar en crecer fue tomar un camino intermedio entre el café de calidad y el servicio rápido, con un smoothie adaptado al gusto del chileno.

En el crecimiento, se presentaron varias opciones de local ideal, por lo que se asesoraron por una empresa de diseño que les ayudó a meterse en el mundo de los malls. “Hicimos un rediseño para un cambio estructural. Queríamos crecer y la respuesta la encontramos a través de los malls”, señala Hans.

Tras cerrar el local original y abrir uno en la Plaza de Armas de Concepción, con las ventas disparadas, llegó la primera oferta de ubicación en un mall, con un concepto de módulo en lugar de local.

El centro comercial los llevó a un formato que se convertiría según ellos en el más adecuado. Las ubicaciones en módulos se prestaban para salir al paso del público y no esperar que entrara al local. “Como nos resultó esta experiencia, abrimos luego en el Mall Plaza del Trébol”, agrega Marcelo.

A Santiago llegaron de la mano de Mall Plaza con dos locales: Plaza Oeste y Plaza Vespucio.

Para 2019 esperan abrir siete más y confían en que a esas alturas habrán logrado introducir más sus smoothie, el café de especialidad y su modelo de atención al paso. Habiendo logrado también aportar con un enfoque social y ambientalmente responsable.

 

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