Pelea de bajo costo en los cielos chilenos Destacado

Pelea de bajo costo en los cielos chilenos

La decisión de Sky de convertirse en una aerolínea 100% low cost augura nuevos aires para la industria y una nueva forma de competir por los clientes.

Cambios radicales se preven en la industria chilena de las líneas aéreas con la entrada de la nueva política de compañías como Sky Airline, que ofrecen todos sus vuelos en modo low cost. Se anuncia que los pasajes bajarán en un 30% sus precios y que los pasajeros deberán escoger qué comodidades pagarán, pues se cobrará extra por elegir el asiento, la alimentación, el transporte del equipaje en bodega, entre otros ítems.

La fuerte competencia que esto genera hace proyectar una guerra de precios, la participación de nuevos actores y un aumento de la demanda por este tipo de pasajes. Ello porque estos otorgan la posibilidad a muchas más personas para que puedan volar, tanto por turismo o para aprovechar de reemplazar otros medios el auto y los buses. De hecho, Latam ya anunció que ingresará a este segmento del mercado.

Los expertos comentan que la aparición de estas compañías low cost en otros países ha generado un alto impacto en la comercialización de los servicios aéreos y en el comportamiento de los viajeros. Se señala que varias compañías intentan reducir sus costos, incrementar la productividad y ofrecer servicios diferentes a los consumidores. Se agrega que algunas de ellas decidieron eliminar servicios complementarios como las comidas en trayectos cortos o instaurar ciertas restricciones a los clientes.

Comparadas con las líneas aéreas tradicionales, los principales beneficios del sistema low cost están en el significativo ahorro para el pasajero. Estas aerolíneas ofrecen precios más competitivos, por lo que es habitual encontrar vuelos a los destinos más solicitados a precios muy razonables, especialmente en temporada baja.

A su vez, las agencias de viajes tradicionales se han visto beneficiadas también por este fenómeno y han comenzado a ofrecer un nuevo servicio, en que ellas mismas buscan el vuelo y compran el pasaje low cost. De esta manera, comienza a renacer la intermediación de las agencias de viajes en la venta de servicios aéreos, sobre todo orientando al cliente en la compra de este servicio.

Las dudas acerca de las posibilidades de que el servicio se vea empeorado no dejan, entodo caso, de hacerse presente. Ello porque las compañías low cost suelen ofrecer mínimas compensaciones, puesto que se hacen responsables de muy pocos aspectos del vuelo. Por otra parte, se comenta que la atención se vuelve impersonal, en especial porque estas líneas tienden a operar en muy pocas oficinas, potenciando el canal online. Ello dificulta la posibilidad del cliente de ponerse en contacto con la aerolínea en caso de un reclamo.

El servicio de comidas también deja de ser una preocupación para la empresa y queda en manos del pasajero elegir lo que desea comer y pagar por eso. En general, salvo el transporte de un lugar a otro, todos los demás servicios en este modelo son extras y tienen asociado un pago aparte del valor del pasaje.

Se trata de un punto de inflexión, sin duda, el que vine la aeronaútica chilena, al ingresar acá un modelo que lleva varios años en otros países de América y en Europa. Las interrogantes tienen que ver con si será este modelo tan exitoso en Chile como lo ha sido en otros países.

 

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