Lo que hay que saber de las máquinas tragamonedas
Sobre los orígenes y el diseño de las máquinas tragamonedas, además de consejos útiles para disfrutarlas aún más.
El origen de las máquinas tragamonedas se remonta a finales del siglo XIX. La compañía Sittman y Pitt inventó una máquina, que constaba de cinco tambores giratorios que mostraban una de 10 posibles cartas de póquer. Al jalar la palanca se activaba el mecanismo que ponía en movimiento los tambores.
Estas máquinas se hicieron increíblemente populares en los bares de Nueva York, pues por solo cinco centavos los jugadores intentaban obtener una mano ganadora y llevarse bebidas o cigarrillos gratis.
Pocos años después, en San Francisco, Charles Augustus Fey inventó la primera máquina tragamonedas que realizaba pagos automáticos en efectivo. Fey redujo el número de ruedas giratorias a tres y, en lugar de cartas, puso cinco símbolos: corazones, diamantes, picas, herraduras y la campana de la libertad.
Este nuevo diseño facilitó que las máquinas pudieran programarse para hacer pagos automáticos, según la combinación de símbolos que resultara de la jugada. Sin embargo, una ley de 1902 prohibió su comercialización y uso en el estado de California. Se crearon entonces máquinas que pagaban en caramelos y gomas de mascar.
Popularidad entre jugadores
Las máquinas tragamonedas son muy populares en los casinos tradicionales y en los casinos online, generando que su oferta sea abrumadora en comparación con el resto de los juegos del casino.
La simplicidad del juego ayuda a que la gente se enganche. Los que nunca han jugado en un casino encuentran muy sencillo comenzar con este juego, porque simplemente presionan un botón y esperan el resultado.
Pero hay otros factores que contribuyen a que un gran número de apostadores prefieran este juego por encima del resto de la oferta de los casinos.
El premio que ofrecen algunas de estas máquinas puede representar un cambio drástico en la vida del ganador. La posibilidad de multiplicar por 50, 500, o 1000 el monto apostado seduce a los jugadores que pasan horas sentados jugando en su máquina tragamonedas favorita.
En 2003, en el casino Excalibur de Las Vegas, un apostador obtuvo el mayor premio en la historia de las tragamonedas: $39,7 millones por una apuesta de $100. Rompió el récord de $34,9 millones ganado en 2000 por una mesonera en el casino del Desert Inn, en Las Vegas.
El factor diseño
La gente se siente atraída a las máquinas tragamonedas principalmente por su diseño. Los avances tecnológicos han permitido que ofrezcan atractivos diseños, más allá de los símbolos tradicionales, e incluyen características especiales en sus juegos.
Además, la posibilidad de que las personas puedan interactuar con la pantalla permite mucha más compenetración entre el jugador y la máquina.
En los casinos en línea de hoy, son comunes las máquinas tragamonedas que simulan juegos de video o series animadas, películas y series de TV. Es fácil para el jugador encontrar una máquina que le llame poderosamente la atención.
A la hora planificar el diseño de sus máquinas tragamonedas, los fabricantes toman en cuenta estudios sobre el comportamiento humano.
El trabajo de arte gráfico del diseño de cada máquina intenta reflejar diversión y victoria. También se tiende a incluir símbolos que los jugadores asocien con la buena suerte, como monedas de oro o tréboles. Los colores brillantes, luces y música contribuyen a que los apostadores se queden literalmente pegados a las máquinas tragamonedas.
Frecuencia del pago
Si ganan muy seguido, los jugadores pueden perder motivación, pues los pagos serían muy pequeños; pero si el pago tarda demasiado, se frustrarían, pensando que el juego está arreglado y dejarían de jugar.
El diseño de las máquinas incluye por eso programas que consideran principios psicológicos para crear expectación y retrasar la recompensa, impulsando al jugador a pulsar el botón con más frecuencia. Aun cuando los jugadores pierden dinero, los gráficos y la música de las máquinas les brindan una recompensa sensorial. Es clave mantener la sensación de que el premio está a punto de caer.
Las tragamonedas electrónicas están programadas para repartir un porcentaje del total apostado, que varía según la regulación de donde esté el casino. Este pago es conocido como tasa de retorno al jugador.
Si una máquina tiene un porcentaje teórico de pago de 80%, por cada millón de dólares apostado en un lapso definido, aunque no conocido por el apostador, la máquina debe pagar $800.000. Sin embargo, se conoce el promedio del pago de la máquina pero no su frecuencia, por lo que no existe garantía para un jugador de recuperar el 80% de lo apostado.
Todas las máquinas tragamonedas dan a conocer la tasa de retorno del jugador, permitiendo escoger aquella que ofrece la máquina tragamonedas que tenga una tasa de pago alta con respecto a las demás.
Consejos de expertos
Es importante entender que los resultados de las máquinas tragamonedas no tiene relación con la destreza del jugador, porque son aleatorios, y que las probabilidades trabajan en el largo plazo.
Los expertos recomiendan darse tiempo para practicar con algunos juegos gratis, si se tiene la oportunidad, antes de comenzar a utilizar dinero. Al hacerlo, es importante fijarse un presupuesto y respetarlo. Calcular la cantidad de dinero que se puede perder sin consecuencias e intentar distribuirla en el tiempo planificado.
Asimos, escoger máquinas con juegos más sencillos al principio y trazarse objetivos en pagos menores pero con mayor probabilidad de victoria. Y, por cierto, tener paciencia y disfrutar el juego.
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