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Acerca de la arremetida de las “fake news”

Acerca de la arremetida de las “fake news”
Horacio Garay, digital manager de Cheil Chile, previene acerca de los alcances de las noticias falsas y comenta la actitud recomendable ante ellas.

Uno de los grandes beneficios de la masiva cobertura y uso de Internet en el mundo es el acceso a información de la más diversa índole de forma casi instantánea. Sin embargo, este componente de rapidez se ha transformado, paradojalmente, en un factor poderoso y perjudicial, con impacto directo en áreas relevantes como las elecciones presidenciales.

Durante 2018, Whatsapp cerró al menos 100 mil cuentas vinculadas a spams o noticias falsas y Facebook firmó acuerdo con más de 35 medios de comunicación para evitar este tipo de notas. Son ejemplos concretos de cómo las grandes compañías de comunicación o informaciones están tomando medidas ante una tendencia que pareciera no detenerse, al menos en el futuro próximo.

Desde una mirada general, las noticias falsas surgen de un rumor, que si bien no puede ser considerado una noticia, desde el punto de vista periodístico este comentario “de pasillo” suele apelar a una emocionalidad en quien la comparte entre sus contactos, quienes también se sienten tocados y proceden a compartirla.

El proceso se puede repetir de forma infinita, generando una viralización de informaciones erróneas. Existe un alto grado de emocionalidad asociado a la distorsión de la realidad y es por eso que logra, en determinadas ocasiones, cierta viralidad.

En este ecosistema, en que los medios tradicionales se ven fuertemente influenciados por las conversaciones en redes sociales, se generan condiciones en que las noticias falsas encuentran asidero, generando que en ocasiones ellos mismos deban retractarse.

Sin embargo, la mera exposición de una noticia falsa, independiente de la eventual retractación, es muy atractiva para quienes buscan sacar crédito político o social de alguna descalificación o tendencia no necesariamente cierta.

Ante a este escenario, es imprescindible saber reconocer una noticia falsa. Lo principal es consultar la fuente. Hoy es muy simple montar un sitio web con una URL que parezca seria y comenzar a difundir fake news. Los usuarios no solemos verificar el origen de lo que leemos, porque hemos sido educados para confiar en las fuentes.

Por esto, es recomendable comprobar si medios reconocidos también lo han comunicado. Aparte de lograr tranquilidad frente a lo que nos puede alertar negativamente, contribuimos a no seguir expandiendo este tipo de información. Que un amigo lo haya compartido en redes sociales, por mucha confianza que tengamos en él, no significa necesariamente que sea cierto.

Hoy existen diferentes esfuerzos de los principales actores de la industria, en especial los fundadores de las redes sociales más populares del mundo, para establecer procesos de validación de medios, fuentes confiables y adicionalmente barreras para que los usuarios eviten caer en esta práctica.

Facebook, por ejemplo, está analizando los perfiles y páginas con mayor grado de viralidad y engagement para comenzar a hacer seguimiento del contenido que se comparte. Esto le dará la posibilidad a que personas normales, medios formales y marcas recuperen un poco el espacio que han ido perdiendo.

Sin embargo, el trabajo se ve arduo y sostenido en el tiempo, pues las fake news se han transformado en un arma poderosa para condicionar comportamientos y decisiones de la población. Luchar contra las noticias falsas es fundamental para evitar tomar decisiones o construir cualquier tipo de proyecto desde una base irreal. Y en los tiempos que corren, debe ser un compromiso urgente de todos.

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