Alberto Contardo-Sfeir: ¿Y quién paga la deuda ecológica en Chile?

El CEO de Empaque Sustentable llama la atención acerca del sobregiro que tiene nuestro país en materia de recursos ambientales.

Chile nuevamente en el ojo del huracán al convertirse en el primer país de Latinoamérica con sobregiro ecológico; es decir, nuestros recursos naturales anuales se agotaron. El año pasado, fue el primer país de Latinoamérica en agotar sus recursos naturales.

Una situación con precedentes y que requiere la colaboración de todos: empresas, organizaciones público-privadas y la sociedad civil en general.

Para un mejor entendimiento, como país ya gastamos todos presupuesto natural anual y ahora estamos sobregirándonos, endeudándonos ecológicamente. El gran problema es que, a diferencia de una deuda financiera, esta no se puede simplemente pagar y seguir adelante.

Los efectos ambientales y sociales en Chile pueden ser permanentes. El efecto de la incorrecta administración público y privada del presupuesto natural de nuestro país es una ‘quiebra natural’ que puede desequilibrar nuestro ecosistema irreversiblemente.

Un Chile con problemas de uso de aguas y contaminado con desechos plásticos de norte a sur son parte de los síntomas de una sostenida conducta ecológica incorrecta.

Muchas empresas están comenzando a quedar atrás, el tiempo avanza y tomar medidas para proteger el medio ambiente ya no es solo un tema de políticas públicas, sino que también involucra a toda una sociedad. El rol de las empresas y sus profesionales debe tomar un mayor protagonismo evitando la dualidad entre el individuo profesional y sus intereses, y el individuo social y nuestros intereses.

"La deuda con el medio ambiente es una deuda que no debemos tener. No prescribe y sus avales somos todos. Absolutamente todos."

La visión optimista la sostienen los emprendedores y las Pymes sustentables, que hoy somos una minoría creciente que revoluciona el mercado y creando soluciones sustentables. Somos personas organizadas, solucionando problemas ambientales y sociales, con el impacto como principal indicador de nuestro éxito, y generando un mayor valor intrínseco a quien consume de forma responsable.

La sociedad está cada vez más exigente con los hábitos de consumo y el impacto que estos tienen en ellos. El estudio de Deloitte “Shifting Sands”, sobre tendencias de consumo, evidenció cómo limitar el uso de plásticos de uso único es el cambio de hábitos más prominente y sencillo de ejecutar para los consumidores.

Las últimas encuestas en Chile apuntan a que los consumidores cada vez están dispuestos a pagar más por alimentos frescos, bien embalados y ambientalmente conscientes. Sin embargo, el mundo productivo debe hacer eco a esta creciente valoración y preocupación por nuestros recursos, donde la innovación a través de packaging puede generar un impacto favorable.

Son muchas las empresas que hoy en día incorporan objetivos corporativos de sustentabilidad a sus resultados y reportes a shareholders. Así, todos están al tanto de las acciones de la empresa y conocen en detalle los valores y misiones de la organización.

El mercado del packaging se encuentra al alza en nuestro país, ya que ocupamos casi el último lugar, representando un 6% de las ventas en el mercado latinoamericano. Esta situación puede revertirse, ante el interés de las empresas por adoptar sistemas de producción ecológicas, que logren aplicar una economía sustentable sin desechos.

Que Chile haya agotado sus recursos naturales destinados a este año, sobregirándose de forma descontrolada, crea un escenario más incierto y menos amigable para nuestros hijos. La deuda con el medio ambiente es una deuda que no debemos tener. No prescribe y sus avales somos todos. Absolutamente todos.

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