Eduardo Lasheras: Vacaciones, parar para avanzar

El director de marketing y producción de la UNAB, y fundador de Marketing Feliz, aborda el descanso laboral desde una perspectiva de marketing interno.

¡Hay que reivindicar la pausa! Momento glorioso para algunos y para otros quizás no tanto, pues existe la mala creencia trabajólica en que el fin justifica los medios. En este ámbito laboral, pensar que no hay que detenerse por ningún motivo es sinónimo a un enfermo terminal que sigue realizando las malas prácticas que lo llevaron a ese estado.

Las organizaciones lo saben y las personas en ellas también; no obstante, permanecen aquellos que gustan acumular y acumular días de vacaciones sin entender realmente el daño que se hacen a sí mismos y a las empresas en donde trabajan.

Desde la vereda de la preocupación, estas ven a un colaborador cada vez más cansado, en riesgo de salud, con una capacidad decreciente de producción y toma de decisiones, pero a la vez una provisión que –paulatinamente– va acumulándose, atentando con ello a sus estados financieros.

Si bien, todas y todos llegaremos a las 40 horas semanales de trabajo, es indudable que en Chile se trabaja más de lo que se descansa y, por esta razón, abordar el tema de las vacaciones no es algo inocuo.

Al contrario, es un tema que goza de una gran relevancia. Siendo así, el objetivo de este artículo será mirarlo objetivamente desde dos focos principales: desde las personas o colaboradores y, claro está, el de las organizaciones.

Como los primeros son el recurso más valioso de una empresa, tenemos que considerar cuáles son las razones por las que debiesen no acumular, sino aprovechar la oportunidad de tomarse esa pausa tan importante de sus labores cotidianas.

"El factor humano de una empresa puede ser lo que marque su diferencia con el competidor más cercano y mantenerlo sano, activo y motivado es una inversión para que así sea."

Esto es, simplemente considerar los beneficios para las salud mental y corporal que conlleva el “parar para avanzar”. Dejando atrás las preocupaciones y la exigente monotonía, permitiendo reducir todo estrés y ansiedad que atente con su estado de ánimo.

Dada esta razón, y con una mente más sana y alivianada de preocupaciones, se permite el espacio para mejorar la tan anhelada creatividad, sumado –por cierto– a una claridad intelectual que ayude a una mejor toma de decisiones ante cualquier escenario que se les presente. Dicho sea de paso, ambas cualidades van en directo beneficio a la empresa que les espera.

De lo anterior, sumamos otros beneficios para la salud, como por ejemplo lo señalado por Columbia Irving Medical Center, que indica que el estrés, sea repentino o prolongado, puede tener un impacto significativo en la salud cardíaca, manifestándose en dos formas principales: estrés agudo y estrés crónico, los cuales ejercen una presión única sobre el sistema cardiovascular.

Es una realidad que, si le sumamos la forma en que puede alterar nuestra conciencia, creando agobio y depresión, es sin duda alguna una alerta que podemos prever mediante el descanso como medida a considerar para mejorar nuestra salud física y mental, aumentando con ello la esperanza de vida.

Por otra parte, y tal como lo adelantamos en párrafos anteriores, el beneficio que conlleva para una organización el tener un recurso humano, dígase colaboradores, más descansados, con una mejor salud mental y física es absoluto. El factor humano de una empresa puede ser lo que marque su diferencia con el competidor más cercano y mantenerlo sano, activo y motivado es una inversión para que así sea.

Si bien, las vacaciones son un derecho de cada trabajador, que las empresas –sus empleadores– resguardan y administran debidamente para su propio cuidado y el de sus trabajadores, la gestión de estas y de las ausencias es fundamental para cualquier organización: ante una gestión administrativa poco eficiente, las circunstancias pueden llegar a ser muy sensibles y perjudiciales, produciendo una desorganización generalizada, con conflictos internos y una alarmante baja productividad.

"... permanecen aquellos que gustan acumular y acumular días de vacaciones sin entender realmente el daño que se hacen a sí mismos y a las empresas en donde trabajan."

En cambio, de realizarse correctamente, será una fuente de motivación y optimización de su operación interna. Una planificación anticipada, sea de manera individual, grupal o por receso operacional anticipado debidamente informados, puede evitar conflictos y permitir una planificación general que no afecte, sino mejore, la productividad de la organización.

Por ello, un plan de comunicación y marketing interno, bajo un halo positivo, puede informar, convocar y generar un buen desarrollo de esta planificación. Informando de manera muy clara cuales son las políticas de solicitud y aprobación de vacaciones y de las ausencias.

De esta manera, las expectativas de los colaboradores estarán en sintonía con las normas establecidas y con una realidad consensuada, evitando malentendidos mediante un proceso claro y sencillo de solicitudes y sus respectivos criterios de aprobación, tales como la antigüedad, la carga de trabajo y la equidad, o bien, en el caso de las ausencias, flexibilidad de horarios u otros.

Si sabemos el qué decir, necesariamente deberemos definir el cómo. El plan interno de comunicación de la empresa deberá contar con canales claros y accesibles para que los empleados puedan comunicar sus necesidades y solicitudes. Coordinándose de manera efectiva, entre ellos y la empresa que les acoge.

Además, necesariamente deberán contar con la seriedad y relevancia organizacional respectiva, otorgándole credibilidad y veracidad a la información difundida. Una claridad absoluta para su comprensión y entregando, a la vez, la oportunidad y medios para recibir toda consulta que ayude no solo a aclarar dudas, sino también para recibir retroalimentación para la mejora continua del proceso.

El rol del marketing interno para optimizar lo anterior y lograr un proceso efectivo, será clave. Este ánimo de “abrazar las vacaciones” será la diferencia entre una instancia positiva y anhelada por los trabajadores, frente a una de percepción coercitiva.

Tal como lo señaló el destacado Humberto Maturana, “al ser humano lo mueve la emoción y no la razón”. Será labor de nuestra campaña generar ese sentir en quienes buscamos su mayor beneficio, ya que la vida pasa, la vivas o no.

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