Iván Muena: Soluciones que mejoren la experiencia de los usuarios
El arquitecto especializado en desarrollo inmobiliario, CEO de Loping, se refiere a la necesaria adopción de nuevas tecnologías en este mercado.
¿Se han dado cuenta que el mensaje más conocido de la industria inmobiliaria es: “invierte en departamentos que se pagan solos”? o del “Boom de los Multifamily” de renta, proyectos donde las grandes inmobiliarias tienen hasta una mayor participación que los mismos fondos de desarrollo.
Sin embargo, las cifras del déficit habitacional, los avances en el desarrollo inmobiliario, la optimización de terrenos y los barrios con nuevos y mejores núcleos de servicios en todas las ciudades, continúa siendo un proceso muy lento y engorroso de legitimar, afectando directamente a la relación entre la industria y su entorno.
En mis años de experiencia como arquitecto especializado en desarrollo inmobiliario, considero que esto se debe principalmente a tres grandes problemas:
1. No es de público conocimiento cómo gestar o siquiera por dónde empezar un nuevo proyecto inmobiliario de cualquier tipo, lo que genera grandes stocks de terrenos y capitales disponibles, pero inmovilizados.
2. El mercado inmobiliario se ha enfocado en los inversionistas y no en los usuarios finales, comportándose como un producto más de B2B, afectando directamente al alza de su valor especulativo.
3. La banca en general o las instituciones financieras y proveedores de los productos inmobiliarios no han evolucionado, transformándose más bien en un bloqueo y no en un facilitador masivo, a pesar de la gran cantidad de stocks de capitales y terrenos inmovilizados.
"... es frustrante ver a las grandes instituciones de siempre y a las políticas públicas estar tan alejados aún de estas prioridades y soluciones que cada vez más se acercan orgánicamente al alcance de un clic."
Por otra parte, los que nos dedicamos o tenemos alguna relación con los procesos de desarrollo de nuevas iniciativas o proyectos inmobiliarios, nos enfrentamos a otro gran problema de nivel transversal y nacional. Este es la muy lenta, burocrática y desconsiderada atención de los organismos públicos fiscalizadores y emisores de los procesos de revisión y permisos de obras, regularizaciones y recepciones en general.
Esto último se entiende por la poca capacidad de respuesta a un alto volumen de ingresos y revisiones que tienen que afrontar las municipalidades y otros organismos pertinentes, muchas veces con escasa dotación y falta de recursos.
Aunque, también para ser justos, muchas hacen su mejor esfuerzo en atender y responder lo antes posible, entendiendo que un bloqueo en esta parte de la ecuación significa fatales pérdidas de oportunidades de incremento de infraestructura, inversiones, trabajos e ingresos territoriales de altísimo ticket.
En este punto, la industria y los organismos contralores, gobierno y afines, no han tenido la capacidad de enfocar ni visualizar soluciones prácticas e inmediatas a este tremendo problema, siendo que estamos casi cerrando el primer cuarto del siglo 21, en que el desarrollo tecnológico es el gran y obvio aliado para resolver prácticamente todos estos atascos, en muchísimas variables de control y gestión.
Es motivante y esperanzador ver y entender lo que nos trae Blockchain, por ejemplo y los avances en la acumulación y usos de masividad de datos con inteligencia artificial. Pero a la vez es frustrante ver a las grandes instituciones de siempre y a las políticas públicas estar tan alejados aún de estas prioridades y soluciones que cada vez más se acercan orgánicamente al alcance de un clic.
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