Transformación digital: ¿estamos en la senda correcta? Destacado
Marcelo Blechman, socio de la empresa consultora Olivia, entrega una mirada sobre lo que es necesario tener en cuenta a la hora de pensar en este proceso.
Desde hace tiempo se viene escuchando el término de transformación digital (TD) en el mundo, pero ¿es realmente un tema a considerar en las empresas nacionales? Más básico aún, ¿entendemos lo que es la TD?
Si separamos los temas y como TD entendemos el uso de herramientas tecnológicas, tenemos un avance. Hoy, una gran parte de las empresas está en proceso de implementación de estas herramientas porque entienden (o creen entender) que sin esto se quedan atrás, pierden competitividad y, por ende, mercado, poniendo en riesgo su negocio.
Pero, seamos claros, en esta visión, lo “digital” es solo una herramienta, una App.
Analizando este tema de manera más radical, si entendemos por TD el cambio que deben realizar las empresas para abrazar la tecnología, entendiendo que es parte fundamental de su desarrollo y que en adelante estarán enfrentadas a constantes cambios, estamos muy lejos de estar ante una transformación digital; por decirlo directamente, a “años luz” de países más desarrollados.
Para que la TD sea una realidad en Chile es necesario que las empresas consideren que el proceso debe pasar necesariamente por una “transformación cultural”. En términos simples, hoy nos toca ver cómo en algunas empresas tienen implementado un sistema, pero los usuarios siguen ingresando los datos primero en un cuaderno, para luego revisarlos y recién ahí ingresarlos “al sistema”, como si fuese algo ajeno o un deber adicional que deben cumplir.
En un país donde nos gana la cultura de “yo lo sé hacer mejor”, o “yo puedo hacer lo mismo y más barato”, el trabajo colaborativo, la visión de futuro, las ideas disruptivas y la agilidad no van de la mano. Estas características (entre otras) son las que definen a las empresas que se están preparando para una transformación digital y que creen en el concepto desde la base, entendiendo que la TD debe atacar transversalmente a la organización, cambiando su cultura, su forma de hacer las cosas y no solo instalando una herramienta.
Hoy podemos ver en empresas nuevas que la TD es parte de su pensamiento base, de su cultura, pero en las más conservadoras el salto debe ser aún mayor: si no hay un entendimiento y planes concretos para abordar el tema y entender que el cambio es una constante en el tiempo, estas quedarán en el camino, tal como le ocurrió a grandes compañías que no supieron enfrentar esta dimensión del negocio y de su organización para ir adaptándose cada vez que fuese necesario. Si no, pregúntele a Kodak, que logró sortear su primera TD, pero se quedó pegada en la segunda.
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