Julio Farías: Claves para entender la digitalización
Cofundador de Zerviz comenta los que considera aspectos fundamentales de este proceso, aplicables también a la gestión de marketing.
Enfrentados a un escenario adverso como el actual, y con la necesidad de mejorar la eficiencia, productividad y competitividad de la empresa, la digitalización se convirtió en un deber para algunas empresas.
Pero cuáles son los riesgos y qué áreas incluir no es una decisión sencilla, porque este proceso puede aplicarse de forma integral o solo impactar en algunas áreas: transformación digital, eficiencia operativa, experiencia del cliente. Este camino se puede desarrollar en varias etapas o de forma paralela y va a depender del tipo de industria, orientación de la empresa y los objetivos de ellas.
Uno de los fines de la digitalización es la transformación digital, que implica el cambio de procesos y modelos de negocio tradicionales hacia modelos digitales. Esto se basa en adoptar tecnologías como cloud computing, big data, inteligencia artificial, entre otras.
Estas permiten automatizar tareas, recopilar y analizar grandes cantidades de datos y mejorar la toma de decisiones, optimizar la cadena de suministro y personalizar la experiencia del cliente.
Estamos en este punto frente a uno de los propósitos por los que las compañías buscan implementar estos procesos, porque la llamada era digital cambió las expectativas de los consumidores que hoy buscan una experiencia personalizada, rápida y conveniente.
Las empresas entonces tienen que adaptarse a estas demandas, ofreciendo canales de comunicación digitales que significa poder interactuar de forma efectiva desde las redes sociales, chatbots y aplicaciones móviles.
Este método permite además recopilar y analizar datos sobre los clientes, lo que ayuda a personalizar la oferta de productos o servicios, mejorar las herramientas de fidelización y anticiparse a sus necesidades.
"Los objetivos más importantes de la digitalización empresarial son mejorar la eficiencia, la productividad y la competitividad. Ofrecer también una experiencia del cliente personalizada y adaptada a las demandas actuales de la sociedad..."
La eficiencia operativa es otro de los objetivos de la digitalización empresarial, porque adoptar tecnologías digitales permite automatizar tareas manuales, repetitivas y reducir errores y tiempos de respuesta.
Por ejemplo, cuando se implementan sistemas de gestión empresarial (ERP) y se utiliza inteligencia artificial en el servicio al cliente, como sistemas de gestión de la relación con los clientes (CRM), se integran y optimizan procesos internos, pudiendo mejorar desde la gestión de inventario hasta la facturación y el servicio al cliente. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también reduce los costos operativos y aumenta la rentabilidad.
La digitalización empresarial como herramienta ofrece también oportunidades para la innovación y la creación de nuevos modelos de negocio. Las tecnologías digitales permiten desarrollar productos o servicios profesionales TI innovadores, como aplicaciones móviles, plataformas de comercio electrónico, servicios basados en la nube, entre otros.
Además, es un mecanismo que permite la colaboración y la co-creación con clientes y proveedores, lo que puede generar nuevos productos o servicios, además de abrir nuevos mercados. Se considera que la ciberseguridad es otra clave de la digitalización empresarial.
A medida que las empresas adoptan tecnologías digitales, también aumentan los riesgos de ciberataques y robo de datos. Por lo tanto, es fundamental implementar medidas de seguridad adecuadas, como firewalls, encriptación de datos o autenticación de usuarios.
En resumen, la digitalización de empresas es fundamental para adaptarse a la era digital y aprovechar las oportunidades que ofrece. Las claves de la digitalización incluyen la transformación digital, la mejora de la experiencia del cliente, la eficiencia operativa, la innovación y la ciberseguridad.
Los objetivos más importantes de la digitalización empresarial son mejorar la eficiencia, la productividad y la competitividad. Ofrecer también una experiencia del cliente personalizada y adaptada a las demandas actuales de la sociedad, las cuales se encuentran en constante transformación.
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