Jorge Greene: Schopdog logra un equilibrio muy complejo Destacado
El gerente comercial de la cadena de restaurantes se refiere a los retos de un negocio como este, que buscando superar el estándar de la comida rápida amplía su carta y lanza un nuevo formato para la cerveza.
“En nuestros treinta años en el mercado, constantemente estamos explorando e innovando en nuevas formas, marcas y soportes para compartir una refrescante cerveza, siempre pensando en nuestros clientes”.
Tal es la manera en que Jorge Greene, gerente comercial de la cadena de restaurantes Schopdog, contextualiza el reciente lanzamiento de Growler, un nuevo formato en que en estos establecimientos es posible pedir algunas marcas de cerveza.
“Partimos con el tan reconocido Pitcher, luego lanzamos el llamativo y enorme Rocket y hoy, como una forma de volver a reunir a grupos de amigos en torno a la mesa de Schopdog, es que traemos el Growler", comenta Greene, recalcando que esta cadena es una de las de mayor venta de cerveza en todo Chile.
Según el ejecutivo, la iniciativa corresponde a un paso más de la cadena por liderar el mercado, al menos en su segmento, el cual según él es muy particular. “Somos algo más que la típica comida rápida. Estamos en un juego que es algo difícil de tener un producto rico, rápido y no muy caro. Una combinación que cuesta copiar”, dice el gerente comercial de Shopdog.
Fórmula difícil de copiar
Se refiere así a la fórmula seguida por esta cadena, que nació en 1987 como fuente de soda y que hoy tiene 35 locales en todo Chile. Agrega que ello es una especie de definición operacional de la mejor relación precio-calidad. En ese sentido destaca cómo en el último tiempo ha mejorado su carta, que ya no consiste solo en sandwiches sino también en platos más elaborados.
A su juicio, la diferenciación que ha logrado Shopdog es muy atractiva, pero cuesta copiar. Ello porque no solo se define por un diseño estándar de sus locales, cuya línea estética describe como vintage, sino por una mezcla de elementos en los que intervienen también la logística, la relación con los proveedores y, por supuesto, el servicio.
“Las cadenas de restaurantes han tenido problemas porque el equilibrio que hay que mantener es una tarea que resulta muy compleja. Nosotros pensamos que lo estamos haciendo bien y que gracias a ello hemos podido crecer”, señala Jorge Greene.
El reciente lanzamiento de Schopdog, el Growler, consiste en un botellón de vidrio color ámbar que puede ser rellenado cuantas veces quiera el cliente. Muy utilizado en bares de Europa y Estados Unidos, su color y material buscan preservar la calidad de la cerveza. El nuevo formato se suma a los Pitchers y Rocket, soportes lanzados hace décadas por la cadena, que es considerada especialista en cerveza.
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