Si bien hay estudios que señalan a los estadounidenses de esta generación como compradores mayoritariamente digitales, se los nota reacios a las compras con smartphone.
Aunque más simple que la línea profesional –11 Pro y 11 Pro Max–, este smartphone intenta de todas maneras imponer ciertos estándares para un rango algo mayor de usuarios.
El recién llegado Galaxy Note10 intenta acercarse a las prestaciones de un computador, por lo que, más que como smartphone, la marca coreana se refiere a este como Powerphone.