Diego González: La revolución mundial de internet sigue
El gerente general de la empresa de software de gestión Defontana sostiene que la crisis generada por el Covid-19 está planteando nuevo retos a los sectores público y privado.
El 17 de mayo se celebró el día mundial de internet. Ya se conocía del enorme impacto de esta súper carretera en la vida de las personas. En pocos años, la red de redes la transformó por completo. Tanto en los negocios, como en la forma de trabajar, entretenerse, comunicarse y socializar. No obstante, su aporte para convivir con la actual pandemia por Covid-19 está marcando un hito mayúsculo.
Efectivamente, internet no solo ha permitido que se monitoree la pandemia en tiempo real, sino también, y lo más importante, que la vida laboral, social, escolar y cívica no se detenga, pese a las circunstancias. Los estudiantes han podido continuar con sus clases; los ciudadanos, hacer sus trámites; las familias y amigos, compartir y verse, a pesar de la distancia.
Asimismo, las empresas han podido seguir trabajando y produciendo gracias a internet y a soluciones de gestión empresarial 100% web, sin necesidad de gastar en infraestructura, tampoco en mantención ni personal especializado.
Con sistemas online o en la nube capaces de manejar procesos, a muy bajo costo o incluso de manera gratuita, han podido llevar la contabilidad, facturar electrónicamente, evaluar las ventas, realizar informes y, en definitiva, administrar su negocio desde cualquier momento y lugar, con información relevante, en línea y actualizada, para una mejor toma de decisiones.
"No obstante, nos impone un importante desafío a nivel público y privado para aprovechar todas las oportunidades y posibilidades que representa de manera transversal para la sociedad toda."
Ciertamente, internet es sinónimo de revolución y, si bien dio el puntapié inicial para promover lo que se ha conocido como transformación digital, el contexto actual no solo le ha dado la razón, sino que también ha acelerado ese proceso.
Hoy, más que nunca, internet entrega una oportunidad muy valiosa que no se puede desaprovechar para transformar la dificultad en oportunidad, con el apoyo de las herramientas tecnológicas actuales.
Es precisamente en tiempos complejos, como los que se viven ahora, cuando innovar e invertir en una internet segura y de calidad, así como en la optimización de los recursos empresariales y todo aquello que permita competir y crecer, se torna vital. Eso marcará la diferencia entre seguir en la competencia y en el crecimiento o no.
Internet sorprende y lo seguirá haciendo. No obstante, nos impone un importante desafío a nivel público y privado para aprovechar todas las oportunidades y posibilidades que representa de manera transversal para la sociedad toda. Reta, entre otras tareas, a promover su acceso hasta en los lugares más recónditos, a que sea cibersegura y rápida, a que se apoye en una legislación robusta y a una educación digital de la ciudadanía; a que se disponga de una política-país que, bien desplegada, podría ser incluso la salida del subdesarrollo. El desafío está planteado.
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