Inclusión laboral: asignatura pendiente en las empresas
Ana Beatriz Franco, country manager de Kimberly Clark en Chile, se refiere a la inclusión femenina y equidad en ambientes laborales, con cifras de la brecha en Chile y la Región
Según el Informe Global sobre Brecha de Género 2018 del World Economic Forum, al mundo le tomará 202 años cerrar la brecha de género al ritmo en el que se avanza.
Si nos acercamos a Chile, según cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), del 100% de personas que declaran encontrarse fuera de la fuerza laboral, un 97% son mujeres. Si vamos más allá, solo un 48% de ellas participa del mercado laboral versus un 68% de penetración de los hombres. En cuanto a sueldos, la brecha salarial entre mujeres y hombres desempeñando los mismos cargos es de un 29,3% promedio, en desmedro de la fuerza femenina.
Las razones son muchas y coinciden con la problemática mundial; 1/3 de las mujeres abandonan sus trabajos por motivos familiares, como estar al cuidado de hijos o terceros, o ser las jefas de hogar. Según el INE, 4 de cada 10 hogares tiene una mujer como líder.
La situación se agrava si consideramos que 73,4% de los hogares en Chile son monoparentales, siendo ellas el sostén familiar en la paradoja de no lograr incorporarse a trabajos formales por no contar con apoyo en el cuidado de los hijos.
En Latinoamérica la situación no es mejor que en Chile. Según ONU Mujeres, solo el 52% de las mujeres – sin contar a México-, forma parte del mercado laboral, y el 60% de ellas que trabajan en puestos informales, desprotegidos del sistema laboral.
Como empresas tenemos la responsabilidad de impulsar cambios en la sociedad y debemos aprovechar las oportunidades de iniciativas lideradas por el gobierno, para llevar a cabo acciones que sumen esfuerzos direccionados a resolver problemáticas de este tipo. En este contexto, recientemente iniciamos un programa de capacitación dirigido a mujeres de la comuna de Colina llamado “Mujeres a la Operación”.
El objetivo es impulsar el talento femenino y empoderar a las mujeres para afrontar los retos del mercado laboral, posicionándose en labores que aún son ocupadas mayoritariamente por hombres. Finalizando el curso, las mejores alumnas conseguirán pasar a formar parte de nuestra planta estable de trabajadoras.
Para acelerar el cierre de esta brecha, es importante que las empresas trabajen la inclusión de género desde sus inicios y aprovechen estas oportunidades para llevar a cabo sus estrategias.
En nuestro caso, la estrategia de inclusión para este año en Latinoamérica se basa en generaciones y talento femenino; en función de ella, desarrollamos varias iniciativas orientadas a la inclusión de las distintas generaciones en sus lugares de trabajo y a incrementar la cantidad de mujeres en roles de liderazgo, buscando la igualdad de género. Es así como hemos logrado un 43% de participación femenina en el board de gerencia.
Desde el ámbito privado tenemos el compromiso de generar instancias para motivar e incorporar a las mujeres en el ámbito laboral, y contribuir con los esfuerzos de los gobiernos. Si ellas progresan, el país también avanza.
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