Sebastián Galeazza: La era de la transformación inteligente
Gerente general de Lenovo Chile vislumbra el efecto de tecnologías actuales como Internet de las Cosas, Inteligencia Artificial y otras en la mejora de la calidad de vida
Vivimos en un mundo que corre muy a prisa, todo en constante movimiento, y nos encontramos en un estado de transición que influye en las tendencias que marcarán un impacto este 2020 y los años que vienen.
Una de las principales razones de esta transformación constante es la fuerte inclusión en nuestro ecosistema de “soluciones inteligentes”. Estas conllevan una necesidad de evolucionar y adaptarse a una realidad en que todo se vuelve cada vez más inteligente, conveniente, innovador, productivo y ágil.
Un estudio del año pasado de IDC revela que el gasto global en el Internet de las Cosas (IoT) crecerá a una tasa anual del 13,6% para 2022 y alcanzará los 1.200 millones de dólares en cuatro años.
La transformación será inevitable al mismo tiempo que atractiva, pues muchos de estos avances surgen para mejorar la calidad de vida. En el año que se inicia, la conectividad ilimitada, la automatización total y la inmersión en realidades extendidas se acercarán más que nunca, ampliando horizontes.
Esta revolución tecnológica que se reinventa a la velocidad de la luz acarrea consigo beneficios que no solo involucran al ámbito laboral o doméstico, sino que tendrán también un impacto significativo en otros sectores, como la salud.
IoT y las aplicaciones avanzadas de Inteligencia Artificial (IA), considerados los temas del momento y promesas de la industria tecnológica, podrán resolver algunos de los mayores desafíos de ese segmento en los próximos años: la reducción del tiempo de espera para la atención, el monitoreo a distancia de los pacientes, las recetas e historias clínicas virtuales, la disponibilidad y accesibilidad a los dispositivos; incluso, la optimización del tiempo y la precisión de los médicos.
Hay que destacar también la Realidad Aumentada (RA) y la Realidad Virtual (RV), que permitirán, por ejemplo, que los pacientes visiten virtualmente un hospital antes de ser hospitalizados, visualicen los procedimientos para reducir la ansiedad y tengan una distracción importante –diversión, entretenimiento dinámico, ejercicios de meditación y juegos terapéuticos– para afrontar la hospitalización.
Otro sector beneficiado es la educación. A través de la RA y la RV, los alumnos pueden, por ejemplo, sumergirse en experiencias lúdicas a las que normalmente no tendrían acceso. Respondiendo a necesidades sociales, las tecnologías facilitan la creación de un entorno inclusivo para personas con discapacidades físicas, sociales o cognitivas que iguala el campo de acción y la percepción de los demás participantes en las clases.
La educación a distancia es aún una promesa en vía de desarrollo, pero en la práctica diaria los estudiantes y profesores cuentan ya con herramientas tecnológicas que agilizan e incentivan las clases en las aulas.
La RV ha dejado una clara huella en los juegos, el periodismo, el cine, la educación, los deportes y la música y se ha instalado en la capacitación y la visualización de datos. La RA, con la llegada de la tecnología 5G, aumenta su potencial de acción, que hará avanzar y tendrá un impacto significativo en las empresas. En el caso de estas, el uso de gafas AR como parte de un sistema tecnológico más amplio permitirá, por ejemplo, ofrecer a los trabajadores de producción y de campo datos en tiempo real para ayudar a reducir errores y mejorar la precisión, la seguridad y la calidad.
Se puede concluir que la transformación inteligente es el próximo paso después de la transformación digital. El ritmo del cambio obliga a las comunidades a responder a diferentes demandas y, a medida que evolucionamos y nos adaptamos, podemos observar que nuestras experiencias se vuelven más inmersivas e integradas que nunca.
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