Carolina Altschwager: “Desarrollar propósito está lejos de ser una tendencia”
En opinión de la socia de Almabrands, este elemento del que tanto se habla hoy debe estar al centro de una organización y ser el porqué de su existir.
Entre los aspectos positivos que ha traído la pandemia, algunos cuentan el haber movilizado una nueva forma, que se estaba gestando, de compartir, convivir y trabajar. En ese proceso de cambios, la búsqueda de un propósito personal y de empresa se torna esencial ante un mundo laboral más exigente, impulsado por nuevas generaciones que se incorporan al trabajo.
Carolina Altschwager, socia y directora ejecutiva de la consultora Almabrands, está entre quienes piensan que es un craso error, de parte de cualquier empresa y ejecutivo, creer que se puede volver a 2018.
“Lo que corresponde ahora es crear y desarrollar empresas para seres humanos, para nuestro ecosistema y no solo para los negocios. Hay que entenderlo como una nueva etapa evolutiva, un cambio de mentalidad y una transformación social profunda”, dice Carolina.
A su juicio, cuando muchos pensaban que la economía de la información sería la última etapa en la evolución de la economía, empezó a emerger hace algunos años, como reflejo de los nuevos tiempos y cambios sociales, la Economía del Propósito.
Una nueva norma
Explica la experta que esta etapa implica una manera muy distinta de hacer empresa. “Hoy en día, construir y desarrollar propósito está lejos de ser una tendencia o nueva moda; más bien, es una nueva norma”, afirma.
En ese sentido, dice que, cuando se habla de propósito, es importante tener claro que se trata del compromiso, no solo de tener buenos resultados, sino de generar además un impacto positivo en el planeta y la sociedad.
“Este propósito es lo que debe estar al centro de toda organización, constituyendo el porqué de su existir”, aclara. Y agrega que muchos necesitan, en ese sentido, aprender de los errores.
Existen empresas nativas en lo que a propósito se refiere, como Betterfly, AlGramo y Cumplo. El propósito de su fundador se ha materializado en una compañía que le da vida. Otras, “reenergizadas”, se han transformado en esa dirección, aun cuando no lo tenían de manera explícita.
También, una gran cantidad de empresas buscan movilizarse hacia el propósito y deben hacer cambios significativos, pues su quehacer puede chocar con las expectativas y necesidades de un mundo mejor.
Transformación profunda
En opinión de la directora ejecutiva de Almabrands, a algunas empresas les falta madurez para desarrollar un propósito. “No se trata de una moda, una frase comunicacional o una ‘frase corta’, sino una nueva forma de mirar e integrar el quehacer de una empresa; implica una hoja de ruta, un viaje, con iniciativas concretas”, aclara.
Existe también, a su juicio, un sesgo que lleva a no mirar ni conectar con todos los stakeholders. Según ella, se requiere mirar desde un comienzo al público más relevante, los empleados, además de la sociedad y su entorno, clientes y accionistas.
Y advierte que el propósito no genera cambios por arte de magia. “El desarrollo del propósito es un ejercicio reflexivo y de acción que exige poner el mundo interno al centro. Es un viaje de transformación profunda”, señala.
Considerando que las empresas definen y dan forma al futuro del mundo, Carolina Altschwager destaca lo relevante que es para Almabrands “hacer que las empresas tengan un propósito claro y que quieran adelantarse al futuro generando impactos significativos y positivos para todas sus audiencias”.
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