Casillero del Diablo: segunda más poderosa del mundo ^Destacado

La chilena Casillero del Diablo fue destacada, por la consultora inglesa especializada Wine Intelligence, como la segunda marca de vino más poderosa del mundo, después de la australiana Yellow Tail.

Se trata del segundo Índice Global de Marcas de Vino elaborado por la firma británica, en el que, luego de entrevistar a más de 22 mil consumidores de 20 mercados claves para la industria, confecciona el ranking de las 15 marcas de vinos más poderosas.

Al igual que en la primera versión de 2018, la marca de Concha y Toro se ubicó en dicho ranking por sobre reconocidas marcas internacionales, como Gallo, Jacob’s Creek, Robert Mondavi, entre otras.

Según señala en la presentación del informe Emily Carroll, ejecutiva senior de proyecto en Wine Intelligence, la edición de este año avanzó respecto de la anterior, agregando cinco mercados a los 15 originales, siendo ahora el índice global representativo de 390 millones de bebedores regulares de vino.

Añade Carroll que las marcas australianas y chilenas continúan siendo superiores en términos de poder de marca, especialmente en relación al tamaño de la producción de en estos países. A su vez, las marcas de Estados Unidos siguen teniendo una fuerte presencia en el Índice, representando a seis de las 15 marcas más poderosas, impulsadas principalmente por la fortaleza que poseen en su mercado local.

Marca chilena fortalecida

Acerca de la posición alcanzada por la marca chilena, el gerente de marketing de Casillero del Diablo, Sebastián Aguirre, afirma que ella representa un respaldo al trabajo de la marca, cuyo principal objetivo son sus consumidores.

“Estar en el podio de este listado nos llena de orgullo y nos da una motivación enorme para seguir trabajando en posicionar a Casillero del Diablo como una de las marcas de vino más importantes y reconocidas a nivel global y valorada por los consumidores”, comenta Aguirre.

En el desglose por países, Casillero de Diablo lideró los rankings de Chile e Irlanda, y se posicionó dentro de los Top 5 en Brasil, Dinamarca, Suecia, entre otros mercados.

El ranking se fundamenta en la conexión que las marcas tienen con los consumidores. Para elaborarlo se utilizaron métodos de medición como el “conocimiento de marca”, la “compra recordada en los últimos tres meses”, la “medición de conexión de marca relacionada a la afinidad y recomendación del producto”, entre otros.

Caída general del conocimiento

En comparación con el del año 2018, en este ranking se observa, según Emily Carroll, una caída general en la puntuación calculada del índice en sí, lo que atribuye a un cambio clave, que es el continuo declive en el conocimiento de marca de vino entre sus consumidores.

“Este cambio se debe, en parte, a un proceso denominado ‘descarga cognitiva’, en el que dependemos cada vez más de recursos instantáneos en línea para recuperar información cuando la necesitamos”, señala.

Agrega Carroll que ya no es necesario para las personas almacenar y recordar tanta información, pues ahora está disponible y accesible rápidamente a través de los smartphones. Luego, se desvanece la necesidad de enviar información importante a la memoria.

“Esto se refleja en que los consumidores conocen menos marcas de vino que hace 10 años, a pesar del aumento en el nivel de participación en la categoría”, explica.